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Channel: La biblioteca del Gran Nigromante
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Internet destruye infancias: Family Matters

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Tras unos estiramientos y un par de flexiones, vuelvo a tener los dedos listos para realizar un análisis de otra de esas series que nos hicieron engordar nuestra tontería a la hora de comer durante una década o más de nuestras vidas: Cosas de Casa. Let's get ready to rumble!


La serie mostraba una serie de tragedias "gaga" de la vida cotidiana de una familia de clase media... ¿Norteafroamericana? ¿Afronorteamericana? ¿Afroamericonorteña? Ignoro el término políticamente correcto, y si hay algo que marque lo políticamente correcto es esta dichosa serie.

Para hablar de este tema debo marcar antes una línea divisoria. Ésta no es otra que el antes y el después de Urkel. Durante la época pre-Urkel, la serie se centraba en la inconsciencia del hijo mayor de la familia Winslow, Eddie, que solía meterse a si mismo y a sus hermanas -Laura y Judy- en una serie de embolados de lo más cutre-salchicheros, aunque siempre pareciese que la estaban liando parda. La moraleja del transcurso de los episodios nos dicta que tener un padre policía nos va a salvar de muchos problemas. Carl, el padre policía, solía llegar a casa muy crecido del trabajo y se enfrentaba continuamente ante el muro de cemento que representaba su esposa Harriette en esa ancestral lucha por ese arma definitiva conocida como la razón. La moraleja pasa a ser que una mujer es mucho más poderosa y lista que cualquier padre policía, y que una madre puede tener un fallo frente a los cincuenta mil tuyos.


Para rellenar los veinte minutos de metraje, salteaban los episodios con las dificultades de la hermana soltera de Harriette, Rachel, y de su hijo pequeño Richie, quien heredaría temporadas más tarde el comportamiento inconsciente de su primo mayor. Además teníamos a Estelle, la abuela, quien cumplía las funciones de decir "te lo dije" a todos los anteriormente mencionados.

Llegó un punto en la serie en que la ¿trama? se estaba quedando estancada, y para renovar la audiencia sacaron a escena a ese repulsivo personaje: Steve Urkel. Urkel es como esas verrugas asquerosas de otras personas; no quieres ni mirarlas pero a la vez te dan ganas de tocarlas con un palo. En ese universo alternativo en el cual no existían las órdenes de alejamiento, nos enseñó que un vecino tiene que aguantar toda la mierda que eches sobre los suyos y su morada, y que si tenemos suficiente perseverancia podemos ahuyentar a todos aquellos que ronden a nuestra amada hasta que no le quede otra alternativa que rendirse a nuestros brazos o morir devorada por una manada de gatos.

Hasta aquí llega el análisis general, pero me gustaría hablar de dos datos muy relevantes y que aparentemente pasaron desapercibidos a la mayoría de gente con la que he hablado del tema.

1º - El hombre blanco es el mal. Cuando aparecía un caucásico en la serie, siempre era para torcerle la cara al público. O bien era un criminal, o bien se la liaba a los hijos de los Winslow, o bien era un imbécil. Pero no imbécil como Waldo Geraldo Faldo, que era imbécil y entrañable, sino como el jefe de Carl, que era repugnante.

2º - Carl Winslow es un policía pésimo. El desprecio y la falta de profesionalidad que demostró ante la desaparición de su hija pequeña hace que dude enormemente de su profesionalidad. Al parecer, Carl ya tenía bastante con las repentinas incursiones de Urkel en su casa y pasó olímpicamente de la fuga o secuestro de la menor de sus vástagos. ¿Y dónde fue a parar la pobre Judy? Pues tras realizar un disco de R&B de lo más simplón acabó realizando películas para adultos, y no, no me refiero a las del tipo "El séptimo sello" de Bergman. Sin mayores pistas, podréis averiguar que lo que digo es cierto. Además, sospecho que hacia el final de la serie, mató a Harriette y se hizo de un modelo de esposa más moderno tras coartar al resto de la familia en un episodio que, por razones evidentes, jamás se llegó a emitir. Ésta es una práctica que Philip Banks repetiría años más tarde con la tía Vivian de Will Smith. ¡Buuuuhhh Carl, eres un mal padre y peor poli, buuuhh!



Los Señores de los Gusanos

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Ya están aquí los nuevos y enormes bicharracos de Nurgle. Del mismo modo que con los no muertos, que sacaron a Nagash (Personaje), los Morghast (regimiento monstruoso) y los Mortarcas (tres personajes diferentes en montura monstruosa), el Señor de la Peste, tras su nueva infantería monstruosa, ya tiene su caja con 3 personajes diferentes para montar sobre un monstruo, todo con la misma caja. ¿Vendrá el famoso Glotkin después?



Aquí tenemos al primero de ellos, de nombre (probablemente) Morbidex Twiceborn (Dos veces nacido), montado en Tripletongue (Lenguatriple). Parece que es un paladín del Caos, no un Señor, y que dará un aura de regeneración a los nurgletes.


Aquí al segundo, el que probablemente sea Orghotts Daemonspew (Vómito demoníaco)montado en Whippermaw (¿Mandíbula Latigueante?). Se dice que es un Señor del caos, y líder de los 3, que sus hachas (¿emparejadas?) le dan +2F y Ataques envenenados, que tiene F6 R5, y un montón de heridas y ataques, imagino que como los Mortarcas, en perfil combinado con la montura.


Y el tercero, el hechicero del Caos Bloab Rotspawned (engendrado de la podredumbre) sobre Bilespurter (Escupebilis). Se dice que tendrá una nube de moscas que toma la forma de un ataque a distancia, que tendrá un cacharro que le dará +1 a lanzar hechizos y -1 al enemigo (¿en un radio? ¿En todo el campo de batalla?). Además, será el único que tenga 6+ especial.

Esas son las miniaturas (cada vez la palabra miniatura es menos adecuada para referirse a los productos de GW), y esos los rumores de sus reglas. A ver qué sale en el segundo libro de Fin de los Tiempos...





Guerra en color: Skweel Piñatarroída (y sus secuaces)

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Muy buenas a todos. Ésta entrada de Guerra en color es un tanto especial para mi, pues me ha llevado mucho trabajo. Aún con todo me ha fallado la cola blanca, y no puedo mostraros las miniaturas como me hubiese gustado. Por otra parte, considero que el trabajo que realmente os interesa ver está terminado, y es por esto que voy a pasar a mostraros las miniaturas.


Empecemos por Skweel Piñatarroída. Skweel es una máquina de personaje; no por lo que es, sino por lo que hace, por supuesto. Además, la miniatura me parece una pasada.



Luego tenemos a la rama de criadores a la cual pertenece; los señores de las bestias. El armamento variopinto y las diferentes opciones hacen de éstas unas miniaturas muy socorridas, pues la montes como la montes te puede servir.



Por supuesto, estos Skaven son en realidad de lo más corrientes en el combate y su valor reside en la manada de Ratas-Ogro que se encargan de dirigir a base de latigazos y descargas de energía disforme.



Bonitas, ¿verdad? Efectivamente hay un poco de trampa. No son doce ratas-ogro, sino once además de el primer modelo de Destripahuesos. Os dejo una foto de cada una.

Destripahuesos, inseparable compañera del más potentado de los Videntes Grises.




Varias ratas-ogro multicomponente 


Los dos modelos de rata-ogro de la caja Isla de Sangre 


Dos ratas-ogro de metal muy viejas. ¡La de arriba es rabona! 



La rata-ogro de la Campana Gritona, al cual le he puesto el enano de la Batalla del Paso de la Calavera porque... porque "mola un puñao"

Y esta es mi unidad de Ratas-Ogro al completo. ¿Qué os parecen?

Paralelismos...

Pintando un ejército: Tiránidos

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Es difícil pintar un ejército entero. Lleva mucho tiempo, y a veces parece que la tarea no va a acabar nunca, tras añadir unidades nuevas. Pero con voluntad puede hacerse. Esta entrada es, más o menos, una especie de "checklist" con lo que ya llevo pintado de mi ejército Tiránido, y lo que aún me queda por pintar. Los Tiránidos fueron mi primer ejército de 40K, y aunque casi no quedan restos de mi ejército original, me propuse restaurarlo y aumentarlo, y actualmente puedo dar el ejército por terminado (a falta de conseguirme un Death Leaper), gracias a una compra de segunda mano que hice este verano.

En un principio el esquema de color iba a ser, sencillamente, negro brillante (estilo Alien), pero como quedaban muy sosos, decidí usar dos colores muy oscuros: Azul real (ahora Kantor Blue) y Púrpura Nigromante (lo más parecido que hay ahora es el Xereus Purple). Y poco a poco he ido avanzando, lenta pero implacablemente he ido pintando decenas y decenas de gantes, intercalando con bichos más grandes. Y aunque aún estoy lejos de terminar, el publicar esta entrada con lo que ya tengo hecho y lo que tengo por hacer me dará fuerzas para terminar. ¡Os invito a que me espoleéis en vuestros comentarios a que pinte más bichos!

Vamos a comenzar con lo que ya tengo pintado, que no es poco:

8 Gárgolas de metal. ¡Tengo que pegar esas dos peanas!

Peanas de enjambres devoradores.

7 Genestealers y el Alpha


Bióvoro y Minas Espora

4 Guerreros Tiránidos armados para el asalto


3 Mantifexes

3 Centinelas de la Colmena


31 Hormagantes



54 Termagantes con diversas bioarmas


2 Líctores, Zoántropo y Venómtropo

La Némesis de Malant'ai y el Terror Rojo

Un Carnifex y Viejo un Ojo

2 Tiranos de Enjambre, uno de ellos alado.


Tervigón

Y ahora vamos con lo que me queda por pintar, en diversos estados de avance...

Otra progenie de Genestealers

Otra progenie de Guerreros, esta con armas de disparo

2 Guardianes Tiránidos

29 Hormagantes (algunos están empezados)

16 Gárgolas más (estas de plástico, con la capa base dada)

Otros 18 Termagantes

¡El Trygon, imprimado en púrpura!

Y el Señor del Enjambre, que es lo que tengo actualmente en mi mesa de pintura
Como veis, me queda todavía bastante trabajo por hacer, aunque me motiva ver todo lo que ya he pintado. ¡Iréis viendo mis avances por aquí!.

Leyendas Warhammer: Geneviève Dieudonné

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"Comenzamos a realizar una exhaustiva labor de reconocimiento desde el momento en el que uno de sus seudónimos apareció por segunda vez en nuestros manuscritos. La vida -por llamarla de algún modo- de esa chupasangres ha estado marcada por una migración casi constante y un continuo anonimato, pero no lo suficientemente discreto como para pasar del todo inadvertida. Muchos de nuestros informadores cayeron sin duda a manos de ese repugnante ser de ultratumba. Cuando logre darle caza, responderá por todas y cada una de las vidas que ha arrebatado."
GRAN TEOGONISTA VOLKMAR EL DESPIADADO (FALLECIDO)

"¡Ah!, mi amada, mi dulce Genevieve. Hace ya varios años que ignoro su paradero. Puedo jurar ante todo el pueblo de Altdorf y ante el mismísimo Sigmar que hubiese seguido a mi oscura damisela hasta el fin de mis días, pero no estaba dispuesto a seguir sus pasos el resto de la suya. Pese a que al final me arropó con su abrazo y ahora formo parte de su mundo, nos dimos cuenta de que ambos debíamos posar los pies en la tierra. Una vez, solo una vez creí volver a verla desde el escenario, pero la función debía continuar y para cuando pude dirigir mi mirada al público, había un hueco en el asiento en que creí verla sentada, observándome con la misma triste sonrisa con la que me despertaba en nuestras últimas noches juntos."
DETLEF SIERK


"Genevieve... Maldeciré una y mil veces ese nombre. Esa desdichada es la causa de mi ruina, la culpable de mi desesperanza. Esa hija de Lahmia logró enviarme la oscuridad del limbo por dos veces. Aquella a quien apenas tuve en cuenta, a quien posteriormente subestimé... ¡llegará el día en que la suerte se le acabe, el día en que de fin a su vida en la muerte! Llegará el día en que pueda cobrar mi venganza..."
CONSTANT DRACHENFELS (AMNESIA)

"Si mi adorado -aunque insensato- Chandagnac abrazó a Genevieve en la oscuridad de la noche, fue porque lo necesitaba; en cierto modo. Puedo comprenderlo. Hay, o había algo en los ojos de aquella inocente joven, algo que me cautivó desde el primer instante. Aunque en algunos aspectos sigue siendo tremendamente humana. La compasión por los que eran sus semejantes es una debilidad que la Bestia no ha logrado aplacar en sus más de seiscientos años de no-vida, pero eso es algo bueno. Ignoro si ha llegado ya a comprender que no podemos dar un paso sin que el clan lo sepa. Al fin y al cabo, las relaciones de la pequeña Genevieve con el ganado humano son de enorme importancia. Aunque no lo quiera ver, es el rostro más amable del Clan Lahmia y que se considere a si misma una exiliada no es impedimento para que siga abriendo caminos a donde el clan es incapaz de llegar por los medios habituales. Permiten que se divierta, pues es joven y quiere conocer mundo, pero  sus pasos siguen vigilados por las Hijas de Neferata como si fueran su sombra."
LADY MELISSA D'AQUES

"¡Ah, zí! Ez aquella mujer chupazangrez de la que me han contado tantaz hiztoriaz y aún máz trolaz. Cuentan entre laz tribuz que hay vecez en que ze aparece de noche junto con grupoz de aventureroz humanoz y que mete unoz mamporroz zorprendentez para zer tan flacucha y chiquitaja. Hay pielez verdez que incluzo dicen que zabe lanzar conjuroz muy chungoz, pero cuando ze ez el último de una tribu ya mazacrada tiendez a querer zer el centro de atención."
SKIGGIT, EL GOBLIN NEGRO

"Aquella hija de la noche dio más problemas que beneficios a los Castellanos dirigentes de las forjas de Zharr. Aún obligada a trabajar en condiciones infrahumanas de tortura y horror entre hobgoblins y cobayas para los sacrificios a Hashut , nos percatamos de su peculiaridad cuando ya fue demasiado tarde. Desató una carnicería que, por otro lado, estoy bastante seguro de que hizo las delicias de nuestro dios. Aún así, los agravios por la sangre derramada habrán de ser remunerados con la suya propia. Los siervos de Hashut no olvidamos."
ASTROGOTH, SUMO SACERDOTE DE HASHUT


"Conocemos cada uno de sus pasos. La conocemos mejor que ella se conoce a si misma. He aprendido de mis errores, y esa joven es demasiado llamativa para los humanos como para pasar desapercibida a nuestros ojos durante mucho tiempo; tanto por sus actos, como por su supuesta singularidad entre aquellos que conocen su secreto. Además, el falso candor que desprende hacia los varones mortales es algo que no deja indiferente a esos sucios ingratos... m-mhm. No representa un peligro, pero el hecho de que se considere libre y que piense que ha ganado su albedrío es algo que acabará por lamentar terriblemente. Todo a su tiempo."
NEFERATA, REINA DE LAS LAHMIA

"Las apariencias engañan. Pude comprobar la veracidad que había en las palabras del dramaturgo Detlef Sierk, expresadas con tanta pasión y esmero en su obra "el extraño caso del Dr. Ziekill y el Señor Chaida" cuando conocí a esta peculiar muchachita. Tuvimos un encuentro... más bien diría un encontronazo la primera vez que nos vimos. La conocí en Altdorf, y tras sonar la campana me partió la pierna derecha de una patada y me tiró al suelo. Ah, si, no lo había comentado. Mi antiguo dueño la había contratado para luchar en la arena de Altdorf en una especie de exhibición pintoresca. La subestimé, y lo pagué caro. De todos modos, no me habría pegado tal paliza si el atolondrado de mi compañero estaliano no se hubiese quedado embobado con cara de lerdo y hubiese tirado la toalla cuando debía hacerlo. Pensó que mis rugidos de dolor formaban parte del espectáculo, lo mismo que mi pierna retorcida Me pasé dos semanas con el muslo atado a dos vigas, aprendiendo la lección. Ah, la vacuidad del ser..."
GROTÓN EL OGRÓSOFO

Guerra en Color: Senescal Infernal y Sacerdote-Brujo (EdC)

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Mientras rebuscaba Skavens para pintar entre las cajas y más cajas que tengo en el trastero volví a toparme con mi destartalado ejército de Enanos del Caos. Y me dio mucha pena verlo tal como estaba; apenas me dio tiempo a montar las miniaturas queme vinieron en la caja de Mantic y jugué un par de partidas cuando nos quedamos sin local y lo dejé aparcado como todo lo demás.


Aunque estoy centrado en ir pintando ratas necesitaba un respiro y cambiar un poco, de modo que tomé los dos personajes que tengo y les cubrí de color. Las diferencias de éstos enanos con respecto a los de G.W. son notables, por no decir que me gustan mil veces más.



Para empezar, el Sacerdote-Brujo o Herrero Demoníaco. A diferencia de todos los enanos de GW, ese pequeño detalle que son las piernas hace que la miniatura posea ese dinamismo increíble.



Y luego tenemos al "Dwarfminator", que parece más un Squat acorazado que otra cosa. Esté convirtiéndose en piedra por dentro o no, la miniatura me encanta.




Quedan muchos Enanos del Caos que restaurar. Tal vez habiendo pintado a sus dirigentes, el resto de tropas se unan pronto al Technicolor...

La lengua Oscura

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Los secretos del Caos no pueden expresarse con los idiomas simples de los mortales. El reikspiel es insuficiente a la hora de expresar las maravillas y sensaciones de la transformación. El tileano no tiene palabras que reflejen la naturaleza del Caos. Ni siquiera el eltharin puede definir completamente la naturaleza del Caos únicamente mediante palabras. No; el Caos es esquivo, incomprensible y enloquecedor. Para abrir su tapa, para escudriñar sus secretos y comprender lo que se ve, se debe tener una mente capaz de aceptar y describir la experiencia.

Esto es lo que hace precisamente la Lengua Oscura. Se trata de una lengua sólida, vagamente derivada del habla arcana de los demonios. En su forma escrita utiliza blasfemas runas del Caos, que incluso aunque se tracen con materiales ordinarios parecen retorcerse y palpitar sobre las páginas. Usada por los siervos del Caos y sus criaturas, sólo aquellos de mente depravada y entregados absolutamente a la adoración de los Poderes Ruinosos pueden captar todos sus matices.

La Lengua Oscura, llamada a veces también el Habla Negra, es el idioma del Caos, el que hablan sus siervos y seguidores. Es la única lengua que puede expresar adecuadamente los misterios del Caos, pues captura lo místico y lo arcano de una forma que ningún otro idioma ha podido jamás. Aunque en algunos aspectos es similar a la lengua demoníaca (la que se usa para practicar rituales y hechizos), el Habla Negra carece del poder mágico de aquella lengua blasfema. Hablar la Lengua oscura no suele atraer la atención de los Dioses Oscuros, ni tampoco puede usarse para pronunciar los encantamientos necesarios para un hechizo o un ritual. La Lengua Oscura es también la lengua madre de otros idiomas que se hablan en el Viejo Mundo y más allá. El chillonés (el idioma de los viles skaven) no es más que una corrupción del Habla Negra, contaminada por pronunciaciones erróneas y cargada de chillidos, gorjeos y demás gritos, ya que los hombres rata carecen de la estructura vocal necesaria para pronunciar la Lengua Oscura adecuadamente. Además, los elfos oscuros de Naggaroth hablan un idioma relacionado conocido como Eltharin Negro, que fusiona el léxico del eltharin (el idioma de los elfos de Ulthuan) con el del Habla Negra, aunque en los asuntos relacionados con la hechicería utilizan la Lengua Oscura.

Tal y como se ha mencionado, la Lengua Oscura es rica en expresiones y términos que reflejan la naturaleza compleja del Caos. Muchos cometen el error de atribuir significados básicos a las palabras, pero cada una de ellas posee un significado y contenido mucho mayores de los que podría proporcionar cualquier traducción. Cada una de sus palabras engloba un amplio surtido de conceptos, con connotaciones distintas dependiendo de su colocación con respecto a otras palabras y la añadidura de prefijos y sufijos, que revelan significados diferentes y más profundos dentro de la palabra raíz. Y, desde luego, si se transmuta la raíz se logran muchos más significados.





Aunque las palabras individuales contienen una profundidad increíble, el Habla Negra tiene muchos menos términos que la mayoría de los demás idiomas, si bien la transmutación de raíces y la adición de prefijos y sufijos permite innumerables variaciones. Así, muy pocos de los que hablan la Lengua Oscura la dominan con fluidez ni aprenden los numerosos secretos que encierra.

La forma escrita de la lengua oscura utiliza las runas del Caos. Estas inscripciones pueden hallarse en cualquier cosa relacionada con el Caos, desde estandartes, grimorios y monolitos hasta la apresurada escritura garabateada en las piedras de la manada de los hombres bestia; inscripciones en armas y pergaminos, marcas en santuarios y templos e incluso toscas advertencias pintarrajeteadas con sangre o heces en lugares saqueados. Las runas del Caos son muy características y fácilmente identificables; no se puede llegar va confundir una runa del Caos por ninguna otra cosa salvo lo que es.




Las runas del Caos representas ideas y experiencias. En cierto sentido, estas runas son abreviaturas de expresiones más complejas. Una única runa podía representar una mutación, mientras que otra podía indicar que en cierta zona hay grandes concentraciones de Dhar (la verdadera magia oscura). Se cree que hay una única runa para cada mutación, para cada uno de los cambios que se han producido o se vayan a producir. Muchas de las criaturas bendecidas por los dioses del Caos también descubren estas runas palpitando bajo su piel.



Las runas del Caos se representan como runas fonéticas. Estas runas se usan igual que letras, formando palabras y frases en función de su colocación. Son una evolución de las runas fonéticas demoníacas empleadas en hechizos y rituales.

La loca hipótesis del Nigromante sobre el futuro de Warhammer

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Hoy voy a especular acerca del futuro de Warhammer, del Fin de los Tiempos y de lo que creo que puede deparar el futuro para este sistema de juego que tantos beneficios ha dado a la multinacional británica durante casi 30 años.

Quiero reiterar que esto es una especulación , es una idea alocada que lanzo al aire para su discusión. No me baso en nada sólido, salvo mis impresiones acerca del devenir de la situación y mis observaciones personales. Pero quería soltar la hipótesis, a ver qué os parece.

Warhammer Fantasy Battles, que durante muchos años ha sido el buque insignia de GW, su producto estrella, ha sido relegado a un segundo plano por la estela ascendente de Warhammer 40.000. Según creo (que alguien me corrija si me equivoco), en los últimos años, WFB representaba sólo entre un 9% y un 15% del volumen total de negocio de GW. Han cerrado Warhammer Forge, y ahora llega el Fin de los Tiempos.

¿Fin o  nuevo comienzo? Mantener una línea de miniaturas tan grande (con más ejércitos diferentes incluso que 40K) es muy costoso. Y más si representa un porcentaje tan pequeño del negocio. Probablemente a la GW le saliese más rentable abandonar WFB y dedicarse al 40K. Vender la licencia, obtener una buen dinero y olvidarse.

Pero hay un problema: el Caos. La propiedad intelectual del Caos tendría que ir junto con el resto, y el Caos existe también en 40K. No podrían vender la licencia de Warhammer Fantasy Battles sin poner en peligro su propiedad intelectual del Caos de 40K.

¿Y entonces? Entonces llega el Fin de los Tiempos. El regreso del auténtico archivillano del mundo de Warhammer, Nagash. Y parece que, de algún modo, Nagash hace cábala con Teclis y Malekith para enfrentarse al Caos.

¿Y si Nagash triunfa? ¿Y si derrota al Caos y lo expulsa para siempre del mundo de Warhammer? Sin Caos, la licencia se puede vender mucho más fácilmente, sin poner en peligro su propiedad intelectual del 40K.

Esa es la hipótesis. ¿Qué os parece?

Commander 2014: ¡Primeras cartas!

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Dentro de un par de semanas (el día 7 de noviembre) se pone a la venta Commander 2014, y esta vez la cosa va de monocolores: cinco barajas, cada una de un color. Y, sorpresa: de los Commander de cada baraja, uno de ellos es un Planeswalker, un personaje clásico de ese color que regresa como Caminante de planos. El azul es el mismísimo Teferi, pero todavía hemos de ver el resto. De momento, cinco cartas reveladas:








Ahí podéis ver a Teferi, y también ¡¡al mismísimo Feldon!! Me encantan las monocolores, y creo que esta Commander2014 va a ser muy interesante.

Última hora: ¡más cartas reveladas hoy!

Jazal Goldmane (2WW)
Legendary creature-Cat Warrior
First Strike
(3WW)Attacking creatures you control get +X/+X until end of the turn, where X is the number of attacking creatures.
4/4

Gravesifter (5G)
Creature-Elemental Beast
When Gravesifter enters the battlefield, each player chooses a creature type, then returns any number of cards with that type from his or her graveyard to his or her hand.
5/7

Ob Nixilis of the Black Oath (3BB)
Planeswalker-Nixilis
+2: Each opponent loses 1 life. You gain life equal to the life lost this way.
-2: Put a 5/5 black Demon token with flying onto the battlefield. You lose 2 life.
-8: You gain an emblem with "1B, Sacrifice a creature: You gain X life and draw X cards, where X is the sacrificed creature's power."
Ob Nixilis of the Black Oath can be your Commander. (Loyalty: 3)


Guerra en color: ¡Señor del Enjambre!

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Por fin, el Señor del Enjambreha salido de mi mesa de pintura, bien embadurnado de azul y púrpura, y acompañado de su escolta de Guardia Tiránida. He probado un nuevo (nuevo para mí, claro xD) método para los caparazones, y me gusta el resultado, aunque va a ser inviable aplicarlo a mis hordas de gantes. Aquí tenéis los resultados (abrir las fotos en una pestaña nueva para ver a tamaño grande):

El Señor del Enjambre y su escolta, listos para la batalla. ¿Quién se atreve?

¡Bicharracus Máximus!

Posando de lado xD

Posando del otro lado. ¡Qué coqueto! xD

Vista trasera

Desde arriba

Los Guardianes Tiránidos, el modelo antiguo, que parecen escarabajos hormonados :P

Ahora, a seguir con los gantes. ¿Qué os parecen?

Internet destruye infancias: Las desventuras de Tintín

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Hoy me apetece plasmar mis impresiones personales acerca de quien es el más famoso periodista secreto internacional. Hayamos seguido o no las peripecias de este curioso reportero belga en algún momento de nuestra vida, lo cierto es que la mayoría de la gente es capaz de reconocer ese singular flequillo anaranjado en cualquier parte. Empecemos con el despiece.


En sus inicios, Tintín trabajaba como reportero para un periódico llamado Le Petit Vingtieme. Sin embargo, no tardó en comprender que en realidad les estaba haciendo el trabajo sucio a los servicios de policía internacional, como Jessica Fletcher. Es por esto que acabó abandonando la máquina de escribir y se dedicó a rapiñar lo que podía de todos aquellos individuos de dudosa catadura moral con los que se topaba en sus viajes. Conservaba por supuesto su acreditación como periodista y la usaba sin tapujos para meterse hasta la cocina de todos los fregados de los que tenía conocimiento. Era necesario, pues la sutileza y profesionalidad de Hernández y Fernández -los dos únicos policías que debía de tener Bélgica por aquel entonces- era similar a la de un cirujano con Parkinson.

Junto a Tintín siempre se encontraba su perro Milú, el cual solía demostrar más destreza y perspicacia que su dueño. El susodicho can era capaz de colarse en cualquier lugar, desde un asentamiento en la jungla hasta en el palacio presidencial de un país imaginario, y todo con el único afán de rescatar al inepto de su dueño porque éste se empeñaba en utilizar todas las armas que caían en sus manos a culatazos.

Tiempo después conocería al Capitán Haddock. La historia de Haddock es un tanto curiosa, pues era el capitán de un buque que transportaba mercancías de contrabando. Bajo la premisa del "no lo sabía, no era consciente, no me consta", convenció a Tintín de su incompetente inocencia. Cuando estaba sobrio, Haddock era capaz de soltar improperios dignos de un mojigato tales como bachi-buzuk, mameluco, residuo de ectoplasma y otros títulos dignos de salir por la boca de Leticia Sabater. Tras conocer que era el heredero del tesoro de Rackham "el Rojo", Tintín no dudó ni un momento en sacar tajada de su herencia; lo que fuera con tal de abandonar el conocido piso que habitaba y que tantas veces habían bombardeado sus enemigos. Ah, si, y como a pesar de todo les seguía sobrando espacio invitaron al sorderas del profesor Silvestre Tornasol, quien, en un acto de crueldad sin parangón inventó las pastillas que hacen que te sienten mal el alcohol. Lo que fuera con tal de pagar a escote el salario de Nestor, el mayordomo y único encargado del mantenimiento del castillo de Moulinsart, que los viajes por el mundo salen caros.

En el elenco de personajes secundarios que tenemos varios nombres a destacar, así que voy a repasarlos un poco por encima.

Bianca Castafiore: Estúpida y canta de manera horrible la única canción que se sabe, pero hace lo que sea por sus fans, y eso le da un mini-punto.

Oliveira Da Figueira: Mercader de niveles épicos y mejor relacionado que la Pitonisa Lola, saca tajada de cualquier asunto.

General Alcazar: Un revolucionario que mezclaba la estética del Che Guevara junto con la de Fidel Castro. Parece un buen tipo, hasta que Tintín le da la espalda y se pone a traficar con armamento. Su mujer es junto con Bianca Castafiore la raíz de la misoginia que colma el universo de Tintín.

Serafín Latón: Repugnante vendedor de seguros (ojo, no quita que uno pueda ser una de las dos cosas en exclusiva) que aparece de cuando en cuando. No pierde una oportunidad para intentar colocar sus servicios, pero además siempre sale perdiendo; tanto económicamente hablando como en amistades.

Roberto Rastapopoulos: Malo recurrente. Cineasta y visionario, intenta financiar las artes escénicas con el contrabando ilegal de estupefacientes. En mi opinión, es un incomprendido.

Pero ahora vamos con quien me parece el personaje más importante de todos, y es... este tío.












Mi teoría es la siguiente: se trata del verdadero jefe de Tintín, o cuanto menos, un investigador privado contratado por su jefe para seguirle a todas partes e intentar averiguar por qué el sueldo de su ¿reportero? está tan inflado. Que no... que es el propio Hergé, que sois unos mal pensados.

O tal vez sea una reencarnación del Doctor...

Y hasta aquí puedo leer. Os dejo a vosotros la tarea de desgranar teorías sobre cuán homosexual y nazi pudo llegar a ser este entrañable personaje.

Glottkin: las reglas

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Ya se puede ver por la red las reglas de los hermanos Glott, y las de Festus ascendido. Sacado de aquí. (y a su vez de aquí) (Abrir las imágenes en una pestaña nueva para verlas a tamaño grande)



Guerra en Color: Padrealimaña (La Isla de Sangre)

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Por fin he terminado otra de esas miniaturas que tanto tiempo he tenido a medio hacer, y llego justo a tiempo para presentárosla.



Se trata de Padrealimaña, de la caja de Isla de Sangre. ¿Y quién es Padrealimaña?



SPOILER: Novela Isla de Sangre
Padrealimaña es el Señor de la Guerra del ya extinto Clan Klaw. Se trata del único miembro del clan que logró salir con vida de la matanza sufrida durante la expedición a la Isla de Sangre. Fue dirigido por el ingeniero-brujo Ratchitt a la isla controlada por los Altos Elfos en busca de un extraño y poderoso artefacto. El final de la novela nos deja a un rabioso Padrealimaña a punto de ser vaporizado a causa de las estatuas vigía de la isla que comenzaban a reactivarse... o eso es lo que parece.


Como veis la miniatura tiene bastantes detalles y es muy dinámica. Igual os parece una tontería, pero cuando empecé a pintarla llegó un punto en que no me veía a mi mismo con la maña suficiente para dejarla bien, y la dejé apartada.



Foto más nítida de la miniatura, aún en la mesa de trabajo.

Le di los colores de la heráldica Resttik. También le pinté la armadura con un verde mezclado con un color metálico para darle ese aspecto de piedra bruja. Junto con el pedestal y el pelaje, tiene una gran variedad de colores y hace que resalte. O eso me parece a mi, y claro, como a mucha gente me gusta más lo que me cocino yo. :P

¿Qué os parece a vosotros?

Guardián del Honor (Capítulo 7, 1/2)

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Capítulo 7
Oscuros secretos

IR A CAPÍTULO SEIS (2/2) / Continuará...


Pasaron varias horas antes de que Malbeth regresase al Salón de Belgrad, ahora reconvertido en un enclave élfico. Tras abandonar el Gran Salón, había estado esperando a Kandor. El mercader enano había aparecido pronto, tras haber intercambiado unas bruscas palabras con su rey, o más bien solo hubo palabras hacia él mientras permanecía en silencio. Con rostro ceniciento tras la reprimenda, el mercader condujo al elfo a sus salones privados y mantuvieron una conversación durante toda la tarde, en la cual Kandor expresó las preocupaciones de su rey por la conducta de los elfos y Malbeth garantizó al enano que no se trataba de otra cosa que problemas superficiales y que podrían alcanzar un acuerdo comercial. El extenso debate dejó extenuado al elfo, pero se las había arreglado para convencer a Kandor de que aún había una alianza que debía ser salvada tras la carnicería del festín.

Aun así, Malbeth se aproximó a la tienda del príncipe con cierto escepticismo. Korhvale estaba fuera, el León Blanco y un puñado de guardias y sirvientes que todavía no se habían retirado a sus provisionales moradas. Malbeth sabía que Korhvale permanecería en su puesto toda la noche, dejando a un lado el sueño e incluso la meditación, para vigilar a su maestro. Con los brazos cruzados como bandas de hierro, el musculoso guardaespaldas gruñó mientras Malbeth se le acercaba, y se hizo a un lado para que pudiera entrar.

El interior de la tienda estaba iluminado con tenues luces de lámpara, que impregnaban el ambiente con una cálida y empalagosa atmósfera en los opulentos alrededores. Ithalred estaba tirado sobre una pila de mullidos cojines y despojado de sus principescos ropajes, con el pecho al descubierto y tan solo con unos pantalones de lana holgados. Una suave melodía invadió la habitación, con las dos arpistas tocando de cerca con tranquilidad. Otras dos doncellas que llevaban muy poca ropa, pero la suficiente como para preservar su dignidad, escanciaban vino en la copa del príncipe y masajeaban su cuello y sus hombros. En cuanto Malbeth apareció en la habitación, ellas miraron hacia arriba y sonrieron lascivamente antes de continuar con sus deberes.

Un humo de color turquesa colmó la atmósfera, persistiendo desde los pies de Malbeth como la niebla de un amanecer otoñal. El embajador elfo observó a Lethralmir sentado de piernas cruzadas mientras fumaba de una larga pipa de mármol, y a una quinta doncella que trenzaba la larga cabellera negra de Lethralmir. Los dos nobles elfos estaban riendo en el momento en el que Malbeth entraba, a causa del final de una broma de la cual no estaba al tanto. Aún sonriendo, Lethralmir soltó un enorme anillo de humo en el aire. Mantuvo su forma durante un momento antes de dispersarse con un persistente aroma.

- Príncipe Ithalred, - dijo Malbeth con tono serio, - debemos hablar de lo que ha pasado en el festín. Los enanos están descontentos. -

Ithalred cerró los ojos y se recostó aún más, revolcándose en la decadencia de su pabellón privado. Hizo una señal con sus dedos anillados y una de las doncellas ligeras de ropa llegó con un plato de fruta, el cual fue aceptado por el príncipe con un sopor hedonista.

- Los enanos están descontentos, y yo estoy descontento, - respondió despreocupado. - Permítenos simplemente acabar con esas charlas comerciales para que podamos regresar a Tor Eorfith en busca de algo parecido a la civilización. Te juro por Asuryan, que si paso mucho más tiempo en las madrigueras de estos toscos enanos, terminarán por salirme pelos en la barbilla. -

Lethralmir sonrió satisfecho.

Ithalred no estaba bromeando.

- Con todo respeto, - dijo Malbeth, ignorando al Maestro de la Espada, - se debe reparar el daño si las negociaciones comerciales siguen adelante. -

Ithalred suspiró de agitación, haciendo que las sirvientes se retirasen mientras se acomodó sobre sus codos.

- ¿Qué pretendías que hiciera? nuestras culturas con completamente opuestas la una de la otra. El enfrentamiento era inevitable. -

- Es más que un enfrentamiento, - dijo Malbeth mientras su exasperación iba en aumento, - ¡hemos ofendido a nuestros anfitriones en su propio hogar! Incluso yo anhelo las elevadas torres de Eorfith, el cielo y el viento y todo lo que hay desde Ulthuan hasta Eataine, pero aquí hay demasiado en juego como para arriesgarlo todo en pos de deseos egoístas y petulancia. -

Había ido demasiado lejos. La burlona sonrisa que podía ver en Lethralmir por el rabillo del ojo se lo decía.

- Estás olvidando quién eres, embajador, - espetó Ithalred, haciendo que su copa casi se volcase mientras estaba sentado.

- Mis disculpas, mi príncipe, - respondió Malbeth con humildad, pero el hecho reside en que Tor Eorfith no sobrevivirá sin la ayuda de los enanos. -

- No sabemos qué hay de cierto en eso, - dijo Lethralmir, intentando agitar las cosas. Malbeth se dio la vuelta para mirarlo, aunque mantuvo su ira bajo control. Aunque por muy poco.

- Lo sabemos muy bien, Lethralmir, - dijo con ferocidad. - No le permitas a tu arrogancia oscurecer tu ya enturbiada mente. -

- Príncipe Ithalred, - continuó Malbeth,  girándose hacia su señor sin esperar respuesta alguna por parte de Lethralmir, - se lo recomiendo; pida disculpas a los enanos, haga algo por enmendar todo lo ocurrido. Usted sabe tan bien como yo que este representa realmente este pacto, y lo que esperamos obtener con el. Por favor... por favor, no deje que se nos escape. -

El rostro de Ithalred prometía otra respuesta furiosa, pero se contuvo al darse cuenta de la verdad impresa en las palabras de Malbeth y recapacitó.

- Muy bien, haré lo que me pides, Malbeth. Volveré a recuperar la confianza de los enanos. Es mi deber asegurar el futuro de Tor Eorfith, y de haber algo que pueda hacer ahora mismo, es esto, - añadió, claramente poco satisfecho por la posición en la que se encontraba. - Ahora, marchad... - dijo pasado un momento, mientras su rostro se ensombreció de repente. - Es tarde, y estoy hastiado del politiqueo. -

Una de las doncellas, al ver la destemplanza de su señor, se deslizó para reanudar el masaje de cuello.

- ¡Dejadme! - espetó Ithalred, y la doncella se apartó hacia atrás como escaldada por aquel pronto. - Todos vosotros, - añadió, mirando en torno a la habitación, - ¡fuera! -
Las doncellas hicieron una salida apresurada mientras recogían sus pertenencias y algunos de sus ropajes, con los ojos hacia el suelo mientras salían de la alcoba del príncipe por temor a un mayor reproche. Lethralmir parecía desconcertado por la reacción de Ithalred, en particular en su manera de echar a las doncellas, cuya compañía estaba disfrutando enormemente.

- ¿Era estrictamente necesario, Ithalred? - preguntó Lethralmir, tras lo que dio una larga calada a su pipa y se estiró para alcanzar el vino.

- Tú también, Lethralmir, - respondió con calma.

El elfo de negra melena abrió la boca a punto de protestar, pero se lo pensó mejor.

- Como desee, mi señor, - dijo con deferencia forzada, pero claramente molesto al ser expulsado de la presencia del príncipe como un vulgar esclavo.

Malbeth observó el despliegue al completo y no se sintió satisfecho. Vio que Ithalred solo estuvo dispuesto a llegar a un acuerdo cuando se dio cuenta de la gravedad de la situación y cuando fue consciente de la cruda realidad de su verdadera situación. Inclinándose levemente, partió inmediatamente y justo detrás de Lethralmir, y no estaba de mejor humor que cuando entró en el pabellón.

- Espera... - dijo llamando a Malbeth, a varios metros de distancia tanto de la tienda del príncipe como de la imponente figura de Korhvale, - ... me gustaría hablarte, Lethralmir. -

El elfo de negra cabellera se giró. Estaba de camino a su propia tienda, decidido a llamar a un par de las doncellas que Ithalred había despreciado. Permitió a Malbeth que se le acercara antes de darle una respuesta.

- No tengo nada que decir, - le dijo al embajador, aún molesto por el trato del príncipe.

- Entonces simplemente escucha, - contestó Malbeth, mientras conducía del hombro al maestro de la espada hacia el lateral de una de las tiendas. Una vez fuera de la vista de Korhvale, lo asió del brazo y lo acercó hacia el.

- No pienses que tus descarados intentos de sabotaje van a pasar inadvertidos,  - dijo Malbeth, con la mirada endurecida.  - Desconozco los motivos, pero te voy a detener... ahora. Y tú harías bien en permanecer alejado de Arthelas, - le advirtió.

Lethralmir se puso rígido al escuchar su nombre. Sus ojos azul zafiro eran como el diamante mientras estaban fijos en el embajador, con su oscura sonrisa imperturbable como si estuviese esculpida en hielo.

- Tu comportamiento hacia ella es indecoroso, - continuó Malbeth. - He cerrado los ojos a esto durante mucho tiempo. Y tampoco pienses que Ithalred va a continuar haciéndolo. El príncipe no tiene deseos de ver a su hermana mancillada por alguien como tú. Sus dones, sus visiones... son preciosas. te lo digo, Lethralmir. -

- No, - susurró el elfo de cabello negro mientras agarraba de los ropajes a Malbeth, con todo rastro de su sarcástica vanagloria evaporada... malicioso, como bilis sin diluir. - Aquí yo soy el único que va a decir las cosas. ¿O quieres que revele tu verdadera naturaleza a tu príncipe, a su preciosa porcina barbuda? - Se burló con odio, aunque su expresión delataba su miedo.

Malbeth aflojó su agarre, con un repentino temor crepitante por el descubrimiento sacudió su determinación. No era una amenaza vana. Ahora había ira en sus ojos, la misma furia impotente que había estado desde hacía tantos años...

Malbeth a´un lo mantenía sujeto, mientras recordaba la primera ocasión en que sus espadas se cruzaron, bajo las copas de los árboles de la villa de su tío en Eataine, las pálidas paredes de arenisca salpicadas de oscuridad, Elethya muriendo en sus brazos. Su sangre caliente fue un bautismo para la rabia y la angustia que se manifestarían en Malbeth. Y al igual que aquellos sentimientos que tanto había combatido por refrenar, la furia que yacía en su alma maldita acabó por salir a la superficie como una tempestad. Lethralmir vio los ojos del embajador, le vio mirar la daga enjoyada que llevaba el maestro de la espada en su cinturón.

- Adelante... - dijo el elfo de negra melena, haciendo una mueca con los labios, - ...hazlo. - Lethralmir soltó la túnica de Malbeth, dejando caer su brazo a modo de sumisión. - Abandónate. -

Sería fácil... Elethya... muriendo en sus brazos...

Malbeth le dejó ir, y luego se dio la vuelta y se marchó en dirección a su tienda sin pronunciar palabra alguna.

Lethralmir se atusó los ropajes, dejando escapar un largo suspiro mientras intentaba dejar de temblar. Se dijo a sí mismo que era debido a la rabia, pero en verdad estaba atemorizado; atemorizado de lo que Malbeth podía haberle hecho de haber empujado. Podía resultar útil, pensó, si lo canalizaba adecuadamente.

Mientras recobraba la compostura se las arregló para mostrarse desafiante, y comenzó a otear los alrededores en busca de algún sirviente que pudiera haber presenciado el enfrentamiento con el embajador para fulminarlo con la mirada. Su intención era encontrarse con las masajistas; en estos momentos, sus distracciones serían bien recibidas, pero cambió de idea repentinamente. Pasó de largo de su tienda y se dirigió hacia la de Arthelas.

Malbeth, bastardo, ¿te atreves a amenazarme?

El camino que tomó Ithalred lo llevó de vuelta hacia las estancias de Ithalred y al severo rostro de Korhvale, quien fulminó con la mirada al elfo de cabellos negros mientras se acercaba.

- El príncipe me ha pedido que compruebe el estado en el que se encuentra su hermana, - mintió, con una amplia sonrisa dirigida en dirección a Korhvale. El León Blanco expulsó aire por la nariz de manera furiosa, mientras sonaba el crujir de sus guanteletes de cuero a medida que se volvían puños.

Lethralmir no dejó que se lo pensara y continuó hacia donde estaba esperando Arthelas.

- Estoy aburrido, - declaró Lethralmir al entrar en la tienda, - y te insto a que me entretengas, - añadió mientras se deslizaba por la habitación hasta situarse al lado de Arthelas, que estaba tumbada en un cheslón de madera blanca, tapizado con terciopelo rojo y tallado con la forma de un cisne en reposo. Lethralmir se fijó en los sirvientes que aún había por las periferias con los rostros ocultos tras velos de algodón, que portaban garrafas de plata y enormes abanicos de papel. No había comida en el interior de la tienda; las videntes apenas comían. Lethralmir hizo que los sirvientes se retirasen con una serie de órdenes cortas.

- Por fin solos... - ronroneó una vez se marcharon los sirvientes, dejando caer la insinuación. Se acercó a ella hasta el punto de poder captar su olor y percibió un aroma más intenso que cualquier perfume mientras su ardor se inflamaba.

Arthelas lo apartó de su lado, aunque su protesta carecía de convicción.

- Mi hermano te asesinaría si se enterase de lo que pretendes, - dijo ella, mientras se pasaba el dorso de la mano por la frente en un gesto excesivamente dramático. - Estoy muy cansada, Lethralmir, y no tengo humor para tus insinuaciones esta noche. -

Lethralmir resopló con desdén, y retrocedió.

- Tienes un humor más insoportable que el de tu hermano, - respondió.

- Él es insoportable, - respondió Arthelas, mirando a Lethralmir por primera vez. Había oscuridad en sus ojos, amargura en su voz. - Para el, primero soy vidente y luego soy hermana. El carácter de Ithalred es insoportable porque no le gusta que no le dejen salirse con la suya. Está molesto porque debe escuchar el consejo de Malbeth, porque debe parlamentar con esos enanos. - Ella casi escupía las palabras con los dientes apretados, mientras su fachada casta y elegante se desmoronaba por completo.

Lethralmir volvió a mirar a Arthelas, escuchando sus palabras sin darle sentido alguno mientras se sumía profundamente en sus ojos azules y se perdía en su insondable belleza. Determinado a aliviar el ambiente, se dirigió a la puerta de la tienda por la que había entrado.

- Tengo algo que te hará sonreír, - dijo el mientras sonreía de manera conspiradora a la vez que le hacía señas. Arthelas suspiró con fuerza mientras se levantaba, aparentemente molesta mientras avanzaba. Lethralmir ignoró su histrionismo, mientras abría la puerta de la tienda y hacía un gesto hacia el exterior. - Mira... -

Arthelas suspiró de nuevo, resaltando su impaciencia, pero hizo lo que le pidió. Al observar a través de la tela, pudo observar a Korhvale mientras hacía guardia afuera de la tienda de su hermano.

-No hagas ni un ruido, - le advirtió Lethralmir, mientras el León Blanco miraba en su dirección, pero en ese momento desvió la mirada rápidamente como si se sintiera avergonzado de repente.

- Observa lo triste que es, - dijo Lethralmir con sarcasmo.

- No me gusta la manera en que me mira. -

- El bobo y obediente león, - dijo con burla, revelando sus verdaderas emociones. - Sus empalagosos intentos de ganarse tu favor apenas son poco más ridículos que esos grotescos habitantes de la tierra, - añadió en un tono más serio. - ¿Qué necesidad tienen los asur de recurrir a esos diminutos cerdos? Si Ithalred tuviera agallas conduciría al ejército de Tor Eorfith y expulsaría a las hordas del norte fuera de nuestras fronteras. Aun así, ante la insistencia de Malbeth, - escupió, - persigue esa patética fuerza de esas toscas criaturas y sus crudos comportamientos. ¿Qué piensan hacer, morderles los tobillos a los salvajes del norte? No, no hay nada que temer de los hombres, - dijo carraspeando.

- Yo no estoy tan segura... - dijo Arthelas, tras lo que dejó de complacerle la visión de Korhvale y cerró la cortina de la tienda.

- ¿Por qué? - preguntó Lethralmir. Sus ojos se estrecharon mientras la observaba, y de repente lo comprendió. - ¿Qué has visto? -

En ese momento, toda expresión pareció desvanecerse del rostro de Arthelas, y sus ojos se abrieron como pálidas lunas. El embriagador aroma de su perfumado tocador se había ido; el olor del mar, del aire frío glacial y un sabor salado llegaron en su lugar.

- Nuestros barcos, - comenzó Arthelas con un tono distante, - en llamas sobre el océano... -

- Las Naves Halcón de Hasseled, - susurró Lethralmir, al darse cuenta de lo que ella quería decir. Justo antes de partir hacia el asentamiento enano, Ithalred había ordenado que se erigiera en mar abierto un bloqueo contra los buques de los hombres del norte que los elfos habían visto desde sus atalayas, navegando en el Mar de las Garras. El Comandante Hasseled había sido enviado para liderarlos, evaluar las fuerzas del enemigo y destruirlos si fuera posible. Al parecer, el buen comandante había fracasado.

- Sus toscos buques avanzando sobre las tormentosas aguas... - continuó Arthelas. - Ellos llegan a tierra... los centinelas son solo el principio... -

- ¿Se perdieron las torres de vigía? - siseó Lethralmir.

Arthelas se giró hacia él, vehemente, con un temor exagerado en sus ojos a causa de su visión en el trance.

- Ya están en llamas... todos están muertos, todos ellos. -

Ella lloraba y sus lágrimas surcaban su rostro como un torrente cuando Lethralmir la sostuvo.

- Suéltalo, - dijo con suavidad mientras sujetaba su mano, - suéltalo todo. -

Arthelas le miró a los ojos, y por fin consiguió salir.

- Todos muertos... - sollozó suavemente.

Lethralmir sostuvo su barbilla con gentileza, inclinando la cabeza de Arthelas para mirarse a los ojos. Le acarició el cuello la atrajo hacia sí.

- ¿Qué estás haciendo? - susurró con temor y excitación en su voz.

- Tu hermano no tiene necesidad de un vidente, nunca más. -

- No puedo - dijo con un susurro entrecortado.

- Debes... - respondió Lethralmir con voz ronca, separando sus labios y juntándolos a los de ella...


(Continuará...)

Requiem: Caballero Vampiro Nº2 ya a la venta

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Hace ya unos meses que salió la primera parte de esta saga de cómics en nuestro país traducida al castellano, y la semana pasada los seguidores de Pat Mills estuvieron de enhorabuena. su segundo número, Danza Macabra, ya está disponible. Ferrán Xalabarder se ha tomado nuevamente la molestia de avisarnos de la buena marcha de éste proyecto.


Por lo visto la saga está teniendo muy buena acogida y el proyecto de acercar éste gran cómic a los hispanohablantes prospera. De modo que los fans de éste tipo de historias ya tienen razones para acercarse a su tienda de confianza.

¡No os lo perdáis!

La sociedad de los goblins (1)

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De entre todas las razas de los pielesverdes, los goblins son, sin duda, los más astutos y civilizados. Puede que esto no sea decir mucho si los comparamos con los elfos de la lejana Ulthuan, pero los pequeños pielesverdes han emergido por encima del fango primordial de la barbarie para crear una civilización, tosca y primitiva, pero civilización al fin y al cabo.

Cabe decir, por supuesto, que la civilización goblin es la máxima expresión de la personalidad de la raza goblin. Individualmente son seres curiosos y llenos de inventiva, pero también son crueles y egoístas (hay aquí quien establece ciertos paralelismos con los niños humanos, y la verdad es que si uno acude al Zoo Imperial de Altdorf y ve a los infantes, puede dar crédito a estas comparaciones). La sociedad de los pielesverdes es un reflejo de su forma de ser. Mientras que en las tribus de los orcos los líderes son invariablemente los más fuertes, en las sociedades goblin los puestos de responsabilidad (jefes, grandes jefes y "kaudillos") están ocupados por los individuos más astutos. Esto es algo fuertemente implantado en la mentalidad de todo goblin: un líder más listo conduce a una mayor prosperidad para la "peña" (una "peña" es la unidad social básica de los pielesverdes, el equivalente a una familia entre los humanos, aunque puede constar de varias docenas de miembros).



El líder de una peña (el "jefe", aunque a veces se utilizan otras designaciones) es el goblin más astuto de la peña. Sin duda, la mayoría de goblins se creen personalmente el más astuto, pero es la misma realidad la que se encarga de seleccionar al jefe: si un jefe no es lo suficientemente astuto, otro goblin más astuto acabará con él y ocupará su lugar. La astucia ("aztuzia") es la cualidad que permite a un líder goblin guiar a su peña hacia la prosperidad al mismo tiempo que evita que su propia peña lo deponga y lo mate.

Pese a la ambición natural para el liderazgo de la mayoría de los goblins, todos ellos saben que un líder especialmente astuto conducirá a la peña a la prosperidad, y los jefes que se preocupan por el bienestar de su peña suelen ser más respetados, y sus liderazgos acostumbran a ser más duraderos.

Los Grandes Jefes son goblins especialmente astutos y con buenas cualidades para el gobierno y/o la guerra. Se otorgan a sí mismos el título de Grandes Jefes (normalmente siendo refrendados por un chamán) porque son jefes de jefes. Aquellos que tienen buenas aptitudes para el gobierno establecen sus pequeños reinos y desarrollan los aspectos más constructivos de la sociedad goblin. Establecen entre los goblins de las diferentes peñas una división del trabajo: unos goblins se encargan de construir, otros de procurar alimento cazando, otros de cultivar la tierra, otros de producir licores, e invariablemente varios grupos se encargan de saquear a las razas vecinas, ya sean humanos, enanos, orcos o incluso otros goblins, ya que el saqueo y el latrocinio se encuentran indisolublemente unidos a la forma de ser de los pequeños pielesverdes.

"Zomoz azí, lo zabemos, y lo azeptamoz. No noz andamoz kon hiztoriaz komo vozotroz loz humanitoz, ke en el fondo zóiz komo nozotroz pero oz ezkondéiz y no moztráiz vueztra verdadera naturaleza. El máz lizto manda. El ke manda, zi manda bien, zigue mandando, y zi no, puñalada y nuevo jefe. Kada uno tiene ke hazer akello para lo ke ez bueno. Unoz zakean, otroz kultivan hongoz, otroz hazen zerveza... Y zabemoz ke todoz zon importantez, porke no podemoz vivir zin komida, zakeo ni cerveza."
SKIGGIT, EL GOBLIN NEGRO



Los goblins no son una raza especialmente beligerante. No acostumbran a realizar grandes expediciones militares salvo a la sombra de algún poderoso señor de la guerra orco. Los goblins saben que la paz es mejor que la guerra, y no están obsesionados con el combate como sus primos de mayor tamaño. Por supuesto, todas las tribus goblins saquean a sus vecinos, pero lo hacen por el beneficio que pueden obtener del pillaje más que por la emoción de la batalla. Sin embargo, a veces surgen grandes líderes militares goblin dotados de gran capacidad y carisma. Estos goblin excepcionales adoptan títulos como "Kaudillo", "Zeñor de la Guerra" o "Tirano Verde", y suelen ser los más inteligentes, astutos y meticulosos de su especie, e incluso de entre todas las razas pielesverdes. Un Kaudillo es, básicamente, un Jefe de Grandes jefes. El dominio de un Kaudillo se extiende por un territorio muy amplio, y abarca cientos de tribus de pielesverdes. Por supuesto, el liderazgo de un kaudillo sólo se mantiene si es capaz de ejercer una administración muy eficiente, o si levanta a las peñas en pie de guerra contra sus vecinos.

"Tienez ke zaber dónde te eztáz metiendo. Zi kierez zeguir ziendo el ke manda, tienez ke tener klaro ke debez moztrar a tuz chikoz, konztantemente, kién ez el enemigo. Y el enemigo eztá fuera, klaro. No vaya a zer ke ze lez okurra ke el enemigo erez tú, ke lez eztáz mandukeando a todoz. Loz chikoz trabajan no por mí: loz chikoz trabajan porke loz taponez y laz rataz eztán ahí fuera, y kieren matarnoz a todoz."
SKARSNIK, SEÑOR DE LOS OCHO PICOS

(Continuará...)

¿Vuelven los antiguos Planeswalkers?

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El día siete sale Commander 2014, una colección con una pinta muy interesante, basada en temáticas monocolor, y que recupera a algunos de los personajes clásicos de Magic como leyendas o Caminantes de Planos. Podéis ver la lista completa de los nuevos mazos aquí. Un detalle de la colección que me ha encantado es que dos (muy) antiguos planeswalkers han recibido por fin su carta. No me estoy refiriendo a Nahiri, que ha resultado ser la Litomante que encerró a los eldrazi (junto con Ugin y Sorin Markov) en Zendikar hace tantos milenios. Me refiero a dos planeswalkers de la antigua historia de Magic: uno que ha dejado de ser Planeswalker con el sacrificio de su "chispa", y otra que también se sacrificó (no sólo su vida sino su chispa).




Pues sí: se trata de Teferi y Freyalise. He de decir que me encanta que se recuperen estos personajes clásicos, pero he echado de menos que los otros colores tuviesen un Caminante de planos a la altura. De modo que he hecho cuatro Caminantes de Planos, mostrando cómo es mi visión de estos cuatro personajes del universo de Dominia.

No sé quién es ese Daretti, pero la Planeswalker roja tenía que haber sido Jaya.
Jaya encarna el color rojo mejor que ningún otro personaje, y ya es hora de que hagan
un walker rojo que meta Lightnings!

Serra, la mítica planeswalker blanca que creó a los ángeles de Serra, se exilió en Ulgrotha,
 se enamoró de Féroz y finalmente murió, hace mucho, mucho tiempo. Podéis ver la
historia de Serra en este fantástico cómic de Rebecca Guay.


¡Y el Planeswalker negro tenía que haber sido el Inefable! Aunque Yawgmoth era mucho más poderoso
que los demás Planeswalkers (¡incluso que todos los demás juntos!), he hecho esta versión. ¡Soñar es gratis!
Como curiosidad, decir que, en toda la historia de Magic sólo hay una imagen de Yawgmoth, hecha
por Ron Spencer. Es en la carta Last Stand, y es la nube negra-morada que sale al fondo de la imagen.

Por último, no podía faltar Urza, el único Planeswalker pentacolor, un personaje tortuoso y complicado.
No hay duda de que salvó Dominaria, pero... ¿A qué coste? Como siempre con Urza, todo es parte de
un plan mayor, y creo que mi propuesta de carta muestra eso.



Guerra en Color: pintando tropas

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Como a la mayoría de la gente que conozco del mundillo, me encanta pintar personajes y me cansa pintar tropa; a pesar de que tener tus unidades pintadas sea una recompensa mucho mayor por el esfuerzo empleado. Aún con todo, hay que hacerlo.


A pesar de que las heráldicas de los clanes mayoritarios de los Skaven están muy marcadas, el hecho es que existen una gran cantidad de clanes menores que van a la guerra sin miramientos, y es muy importante que éstos acudan al combate para, o bien correr los riesgos que no interesan a otros o bien son enviados para que exista la posibilidad de que sea otro el que acabe con todos ellos. Es por esto que me da de vez en cuando por elegir una heráldica distinta para un regimiento. En este caso me ha quedado un tanto... ¡Bah! A cada cuál le parecerá una cosa distinta.



Se trata de un regimiento pequeño, tan solo veinticinco miniaturas. A pesar de que suelo emplear unidades más grandes, tampoco me interesa que los emblemas y colores de todas mis ratas sean excesivamente uniformes. Además tengo unas sesenta ratas pintadas cada una por sus primeros dueños, y esas son las primeras en morir.



Poco a poco iré pintando más ratas. Espero que llegue pronto el día en que pueda ir a un torneo de Oldhammer y llevarlo todo pintado, por decir un algo. :P

Perfil único

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Aún no he podido mirar en profundidad el nuevo libro de Glottkin, y me reservo mi opinión para cuando pueda ponerme con calma a leerlo frente a la pantalla. Tenéis unos interesantes resúmenes en vídeo que han hecho los chicos de Last Stand Games (y que conocí gracias al Taller de Yila), y en ¡Cargad!, Namarie hace un análisis bastante jugoso en su primer vistazo.

Hoy quería hablar de una tendencia que comenzó con el primer libro del Fin de los Tiempos, y que continúa ahora. Se trata de que todos los nuevos personajes especiales que van montados en un monstruo tienen un perfil único.

En cierto modo, en el reglamento de octava ya se había visto algo parecido, pero no con los monstruos sino con las bestias monstruosas. Ahora que los regimientos de caballería monstruosa iban a ser mucho más comunes, era necesario una cierta simplificación, y simplemente se extendieron las reglas de la Caballería, con algunos añadidos (se usa la R y H más elevada). En el caso de los personajes montados en bestias monstruosas podía resultar chocante (por ejemplo, el Señor de la guerra skaven montado en rata ogro quebrantahuesos, que pasa de R4 H3 a R5 H4), pero evitaba el engorro de tener que desmontar al personaje si su montura muere, o de la reacción de monstruos si muere el jinete.



Pero los monstruos seguían usando las reglas de toda la vida: eran más grandes, y más capaces de seguir causando daños aún sin su jinete; y mucho más caros (en puntos) y, por lo tanto, escasos. Sin embargo, los nuevos personajes especiales montados en monstruos (los tres Mortarcas en bicharracos abisales, los tres Señores de los Gusanos en sus bichocosas mutantes; e incluso Otto y Ethrac sobre Gurkh) tienen un perfil único no sólo de Resistencia y Heridas, sino el perfil completo.

Ni qué decir tiene que no me agrada en absoluto ese afán de simplificación, incluso en una miniatura tan relevante como un personaje especial. No lo he probado en el campo de batalla, pero a primera vista se me ocurre que un número tan elevado de Heridas  y Ataques entremezclando tipos de ataque y cualidades de resistencia tan diferentes como puedan tener un personaje y su montura...

Por ejemplo, el Glottkin: Un personaje de ese calibre, que tiene un libro con su nombre como título, tiene unas reglas tan simples que da vergüenza. Ethrac sólo aporta cuatro niveles de magia, en genérico,, y Otto, el gran estratega y guerrero, simplemente hace 1D6 ataques extra.

No sé a quién le parecerá bien este cambio. Quizá en cuanto a efectividad en el campo de batalla sea un cambio a mejor, no lo discuto. Pero me parece una burda simplificación, una más en el sendero que está tomando la malvada multinacional británica.
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