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Channel: La biblioteca del Gran Nigromante
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El Sin Nombre

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El Fin de los Tiempos, aunque no ha hecho más que empezar, ya ha puesto completamente patas arriba el mundo de Warhammer. Y aunque algunas de las cosas que han pasado no me parecen muy congruentes, hay otras que me han llamado la atención, o me han arrancado una sonrisa nostálgica. Y una de ellas es el regreso de un personaje clásico, y la promesa de su relevancia en este Fin de los Tiempos.

Hablo de El Sin Nombre.

Cuando Nagash resucita y se da cuenta del engaño de Teclis (la Hija de la Reina Eterna en realidad no es hija de Finubar, sino de Tyrion, y en lugar del Poder de Asuryan, por sus venas corre la Maldición de Aenarion), ve que necesita regresar a su Pirámide Negra para purgar su cuerpo de la Maldición. Entonces, llama a sus Señores Oscuros (cinco o nueve, según las fuentes). Sólo 3 de ellos aún permanecen en el mundo de los vivos: Arkhan, Krell y Neferata (en realidad, Neferata nunca fue sierva de Nagash: los únicos vampiros que huyeron a Nagashizarr tras la caída de Lahmia fueron Wsoran y sus Necrarcas).



Entonces, se da cuenta de que ha llegado el momento de reforjar su siniestra cábala de sirvientes, y llama a algunos desde más allá de la barrera que separa el mundo de los vivos del de los muertos. Particularmente, dos poderosos muertos vivientes son resucitados. Uno de ellos es Vlad von Carstein, del que todos ya sabemos su historia. Pero el otro puede resultar un misterio para la mayoría de los jugadores que no sean muy-muy veteranos, o hayan leído las novelas de Genevieve. Pues bien, voy a poner fin a ese misterio.

"En lo más profundo de las Montañas Grises acechaba el espíritu del que una vez fue un gran Encantador. Se trataba de una criatura de poder crudo, su mente quebrada por una reciente derrota. Juró su servicio al Gran Nigromante a condición de que este restaurase su memoria, y no fuese El Sin Nombre nunca más."

En este fragmento tenemos una enorme cantidad de información, pero aún hay más:

"-Harkon es temerario-quien había hablado se mantenía a una pequeña distancia a la izquierda de Vlad. Era poco más que una grotesca sombra enmascarada en la oscuridad.
-Es un guerrero, no un manipulador-respondió Vlad-No lo entenderías.
El Sin Nombre parecía bullir por la contestación, su forma ondulando como humo en el viento-
-¿Sabes mi nombre entonces? ¿Sabes quién era yo? Dímelo.
Vlad sonrió afiladamente y meneó la cabeza.
-Nuestro Amo no se sentiría complacido, y necesito su favor, al menos por ahora. No eres el único que ha perdido partes de su pasado.
-Puedo obligarte a que me lo cuentes-siseó el Sin Nombre.
-¿Quieres oponer tu voluntad a la mía?-respondió Vlad, mirando sin parpadear la máscara del Sin Nombre-Entonces, hazlo, y terminemos con el asunto. Si no, el escenario ante nosotros espera la llegada de su titiritero."

¡Ahí está! ¡Es él!


Las Montañas Grises, la Máscara, un Gran Encantador, una reciente derrota... No hay ninguna duda en absoluto: se trata de Constant Drachenfels, el Gran Encantador, villano de la primera novela de Genevieve (Drachenfels) y de la mitad de su segunda novela (Geneviene no muerta, en la que, tras la destrucción de su cuerpo físico, la máscara de Drachenfels -el Ánimus- trata de acabar con Genevieve y con Detlef Sierck). ¡Por fin, el regreso de Drachenfels! ¿Qué pasará con él ahora? Parece que anda bastante demenciado por no recordar su identidad. Esperemos más noticias del Gran Hechicero en el próximo volumen del Fin de los Tiempos.

¡Ahí está, detrás de Genevieve!




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